El nuevo Canal agranda el volumen de los buques que lo transitan, y también las oportunidades de crecimiento de un país cuya economía ya venía viento en popa.
Como lo señaló Jorge Quijano, principal ejecutivo de la Autoridad el Canal de Panamá, el nuevo Canal abrirá nuevas rutas comerciales globales. Esto es particularmente cierto para la carga que mueven los puertos del Este de los Estados Unidos, incluyendo los de la costa del Golfo. La oportunidad es clara para el transporte del gas natural licuado (GNL), que Estados Unidos produce en abundancia. Según Martin Houston, co fundador de Tellurian, desarrolladora de proyectos de GNL, hasta ahora pasaban por el Canal de Panamá solamente el 7% de los tanqueros que llevan el GNL a Asia, cifra que se elevaría al 80% a través del Canal ampliado. La razón es clara: “Un camión cisterna de gas natural licuado cargado en la Costa del Golfo de EE.UU. y con destino a los mercados asiáticos podría acortar su distancia de recorrido por cerca de 5.000 millas náuticas.”
Los cambios generados por la ampliación del Canal ya se notan en las inversiones que realizan los puertos del Atlántico y del Golfo en los Estados Unidos. Se espera un rediseño de las rutas de carga terrestresque afectará de distinta forma a los distintos sistemas de transporte, porque sacar las mercaderías producidas en el Medio Oeste tendría costos menores si se utilizan esos puertos y el Canal de Panamá para su envío a las costas de Asia.
El aumento en la carga que circula por el Canal abre a su vez inmensas oportunidades de negocios en los servicios que demandará ese tráfico marítimo, y en especial por el crecimiento del valor de Panamá como hub logístico. Así lo expresó la calificadora Fitch Ratings, que proyecta para el 2018 un crecimiento del 6,5% de la economía panameña, por sobre el 5,5% del 2016. Los países del resto del istmo deben tomar nota de las oportunidades que para ellos puede representar la ampliación del Canal, en facilitación del comercio con el resto del globo, y en la exportaciones de bienes y servicios a un pujante Panamá.
Es cierto que hubo dificultades. La ampliación del Canal demoró dos años más de lo planeado, y su costo se elevó considerablemente por encima de lo proyectado, Pero allí está ahora, como un monumento moderno de la ingeniería y también como ejemplo de lo que puede hacer la voluntad ejecutiva de los habitantes de un país que, aun lejos de los niveles de desarrollo de otras naciones del primer mundo, demuestra que “sí se puede”.
Panamá se sigue moviendo hacia el futuro, a un paso acelerado con respecto a los demás países centroamericanos. No es solo la ampliación del Canal, sino su voluntad manifiesta de avanzar hacia la modernidad.
Fuente: Central America Data