A lo largo del país hay 60 alojamientos “verdes”, los que cuentan con el llamado “Sello S”, que reconoce el turismo sustentable y busca cumplir con exigentes criterios socioculturales, medioambientales y económicos para proteger los recursos naturales, el patrimonio histórico y la identidad cultural. Por regiones, Los Lagos lidera, con 27 recintos certificados, mientras que en la Metropolitana son seis. La demanda por contratarlos proviene sobre todo de clientes extranjeros. Daniela Paleo
Fomentar el ahorro de agua, usar la energía solar con paneles instalados en el techo para generar electricidad, impulsar la cultura en su entorno, cultivar la vida de barrio y utilizar la tecnología para economizar energía en general son algunas de las prácticas que premia el llamado “Sello S”, entregado por el Servicio Nacional de Turismo, Sernatur. Este reconoce las prácticas sustentables de los servicios de turismo del país, tanto en hoteles y alojamientos como hostales y cabañas, además de agencias de viajes y tour-operadores.
La subsecretaria de Turismo, Javiera Montes, precisa que en 2013 se desarrolló este sistema de distinción en sustentabilidad turística -el primero en su categoría en Chile-, el que se creó pensando en una primera etapa para ser otorgado a los servicios de alojamientos turísticos del país. Sin embargo, en agosto del año pasado la certificación se amplió también a los agentes turísticos. “El sello busca garantizar el compromiso de los servicios con la sustentabilidad. La idea es darles un uso óptimo a los recursos naturales, reducir los costos operacionales y respetar a las comunidades anfitrionas”, explica Montes.
Región de Los Lagos concentra la mitad de los hoteles sustentables
Actualmente existen 60 establecimientos con “Sello S” entre las regiones de Arica y Parinacota y Magallanes, y casi la mitad de estos se ubican en la Región de Los Lagos (ver infografía). Más aún, el 58% de los alojamientos se concentra en dos regiones australes: hay 27 en Los Lagos y ocho en Magallanes.
Cristián Medina, socio del hotel Centro de Ocio, ubicado en Castro (Chiloé), señala que el sello se está haciendo cada vez más conocido en Chile y, sobre todo, en el extranjero. “Los turistas internacionales valoran más la naturaleza, al no tenerla tan presente como nosotros. Además, este tipo de certificaciones son más valoradas afuera”, dice.
¿Cómo es un hotel sustentable? En el caso de Centro de Ocio, este está ubicado en un terreno de 20 hectáreas en la isla de Chiloé, y las habitaciones se emplazan a lo largo del terreno (no en un solo edificio). “Tenemos más de 80 ovejas, patos y gallinas. Al recorrer los senderos, el huésped se encuentra con la gente de campo alimentando a los animales, trabajando la tierra, limpiando el huerto, etc. La idea (y una de las características del sello) es que el cliente viva y comparta con el entorno, el barrio y, en este caso, con los chilotes”, indica Medina. El valor de una habitación doble fluctúa entre los US$ 200 y los US$ 450 por noche, unos $135 mil y $300 mil, con desayuno.
En la X Región se suman otros hoteles, como el Cumbres (Puerto Varas), Cabaña del Lago (Puerto Varas), Hotel Haase (Puerto Octay) y Casa Werner (Llanquihue), los cuales ofrecen estadías amigables con el medio ambiente.
Pero no solo en regiones se ubican los llamados hoteles “verdes”. También existen en grandes ciudades, como Valparaíso y Santiago, donde entre las dos cuentan con un total de ocho establecimientos certificados. Entre ellos está el hotel boutique Acontraluz y Nomada Hostal en el puerto, y el Galerías, Plaza San Francisco y la cadena de Atton en la capital. En este último detallan que utilizan colectores solares para el agua caliente y poseen un sistema de reciclaje de residuos, entre otros. Aquí las habitaciones por noche tienen un valor desde US$ 135 con desayuno, unos $90 mil.
“Sello S” permite a los hoteles acceder a capacitaciones
Entre los beneficios del “Sello S” destaca la vitrina promocional que ofrecen las diversas plataformas de Sernatur, como, por ejemplo, estar presente en los buscadores de servicios de la institución y acceder a exclusivas capacitaciones.
Además -señalan desde la Subsecretaría de Turismo-, es uno de los programas de menor costo comparado con las certificaciones privadas existentes en el mercado y cuenta con el reconocimiento y respaldo del Global Sustainable Tourism Council (GSTC), organismo que acredita el turismo sustentable vinculado a la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Actualmente, el objetivo -señalan desde la subsecretaría- es que más empresas del sector incorporen una gestión de calidad y sustentable a los negocios para incentivar así un mayor flujo de turistas más exigentes y que estén dispuestos a pagar más por servicios más sustentables.
¿Cómo postular?
Cualquier servicio de alojamiento turístico operando en Chile (hotel, hostal, cabañas, lodge, residencial, etc.), agencias de viajes y tour-operadores, sin importar su categoría, ubicación geográfica, tamaño, número de empleados, público objetivo u otros criterios, pueden postular a la certificación sustentable. Los requisitos son estar registrados en Sernatur, contar con una política de sustentabilidad, tener al menos un año de operación y demostrar la tenencia legal de tierras y derechos de agua.
El sistema considera tres niveles, y mientras más criterios se demuestren cumplir, se podrá alcanzar un nivel más alto, siendo el número tres el que refleja la excelencia en sustentabilidad. Hoy, en Chile hay solo cuatro hoteles con esta distinción, todos en el sur. En tanto, existen 31 hoteles en nivel dos y 25 en nivel uno.
Siete agencias de viaje y operadores están certificados
En agosto de 2016 se partió con la certificación sustentable a agencias y operadores turísticos, y hasta ahora se han sumado siete actores al “Sello S”.
Un ejemplo es Andes Nativa, agente ubicado en la Región de Los Lagos. Georgina Jorquera, encargada de Sustentabilidad de la compañía, explica que esto significa que se ocupan de que la matriz de servicios cuente con un comportamiento amigable con el medio ambiente. “No compramos a empresas que sean irresponsables en sus prácticas; es decir, que contaminen el medioambiente o que tengan políticas salariales incompletas, entre otros”, dice la ejecutiva.
Fuente: El Mercurio