La semana pasada veíamos un último anuncio de cómo los países de Asia Pacífico se preparan para la revolución de las ciudades inteligentes. No podemos obviar los grandes proyectos de infraestructura y nuevos agregados que llaman la atención como giratorio que ofrece vistas de 360 grados de Dubai. Todo ello son indicadores de la transformación a la que se están sometiendo las grandes capitales Internacionales que luchan por permanecer a la cabeza de la Innovación.
Más ejemplos de Asia: ciudades comerciales como Singapore se encuentran en situación de privilegio con presupuestos de hasta US $ 2,4 mil millones para proyectos relacionados con Smart Nation en 2017. Mientras tanto, el gigante tecnológico chino Alibaba anunció su estrategia de transformar Macao en una Smart City líder a través de la nube informática.
La importancia de los Datos
Sin embargo, a nivel global, las ciudades pueden ser cada vez más inteligentes, pero no han cambiado notablemente desde la perspectiva del usuario. Parece que la mayoría de los avances digitales en las ciudades han sido invisibles y se han centrado en las operaciones de la ciudad, en lugar de en las partes de la ciudad que las personas pueden ver, tocar y usar. Es importante que los administradores de la ciudad puedan identificar mejor las fugas de agua, o predecir con mayor precisión la probabilidad de que un edificio falle en una inspección, pero no hay un beneficio directo y personal para los habitantes de la ciudad. Por ello es comprensible que algunas personas sientan que no ha habido mucho progreso.
La razón por la que nosotros, como habitantes de las ciudades, no nos hemos impresionado con las aplicaciones transformadoras de la Smarts Cities, es que como dice Colin O’Donnell es la misma razón por la que la mayoría de los ciudadanos o usuarios no se asombran ante la idea de un gran almacén de datos. Las Smart Cities son solo un medio para un fin; un paso en el camino hacia ciudades verdaderamente digitales.
Con el fin de evolucionar hacia una ciudad que se de cuenta del potencial de Internet, entregando beneficios reales y tangibles a sus habitantes, las ciudades pasarán por tres fases:
1) Primero necesitan recopilar datos sobre su entorno
2) Necesitan procesar esos datos, y finalmente
3) Necesitan tomar la acción correspondiente en tiempo real
En éste modelo de ciudades todo tiene un sensor, desde la puerta de entrada a su oficina hasta el muelle de bicicletas, hasta el semáforo de la esquina. Todo está siendo cuantificado, y esta es la base de cualquier desarrollo futuro de la ciudad.
Esto se hace usando plataformas de datos, algoritmos y ciencia de datos, y nos permite no solo entender lo que medimos, sino también por qué es importante. Podemos comenzar a construir correlaciones y causalidades, crear modelos para predecir y evaluar el comportamiento humano, y obtener información sobre por qué sucedieron las cosas y cómo el cambio podría verse afectado. La Inteligencia Artificial comenzará a desempeñar un papel más importante en el análisis de la cantidad masiva de datos y el desarrollo de la comprensión de lo que está sucediendo en la ciudad. Pero todo es bastante “back-office” y el usuario o ciudadano de a pie a priori no observará éstos primeros cambios.
Fuente: Proptech.es