El fundador y CEO de la desarrolladora inmobiliaria TGLT dice que no le afecta la inflación y que el cepo cambiario generó más transacciones en pesos Argentinos.
El creador y CEO de la desarrolladora inmobiliaria TGLT dice que los precios de los inmuebles han bajado, apoya la pesificación y defiende la edificación en ciudades. “Hoy sería un momento ideal para empezar de nuevo.”
No han sido pocos los vaivenes y cimbronazos que vivió la economía argentina en los últimos diez años, justamente la edad de TGLT. Sin embargo, Federico Weil, fundador y CEO de esta desarrolladora inmobiliaria, dice que, pese a todos los cambios que se dieron en el país y que hacen a este presente distinto de aquel 2005, soplan buenos vientos para quien quiera comenzar en su negocio: “Hoy sería un momento ideal para empezar de nuevo”. Los fundamentos son simples: las cosas hay que encararlas cuando todos miran para otro lado.
-¿Cómo está hoy el negocio del desarrollador inmobiliario?
-Es un sector que en la última década fue receptor de una parte muy importante del ahorro, pero en los últimos años una baja en esos flujos de dinero. Hoy hay un mercado mucho más apagado de lo que fue en 2004 y 2005. A diferencia de lo que pasa en cualquier parte del mundo, acá no había crédito. Esto deja segregados a grandes segmentos del mercado, como la clase media. Pero, por otro lado, hizo que no hubiera distorsiones de precios ni burbujas. Es un mercado más sano, al que no lo corren las urgencias.
-¿Se espera que se repita lo que pasó después de 2002 hasta hace un par de años?
-Sí, en los próximos años entrará más capital. Además, con otras condiciones macroeconómicas podría haber deuda.
-¿Cómo impactó la imposición del cepo cambiario?
-Generó una necesidad de reacomodar la forma en que opera este mercado de un día para el otro. Nadie más transó en dólares. Nuestra empresa hoy opera en pesos, salvo por los Cedin u otro tipo de instrumentos. Creo que una consecuencia positiva de esto es que hizo un mercado más sano, porque si se vende en pesos y se compra en pesos, no hay que adivinar cuánto va a valer el dólar.
-¿Trajo más beneficios que perjuicios para el sector?
-Yo diría que se dio un fenómeno: desaparecieron muchos desarrolladores y los que seguimos somos pocos. Muchos no vieron condiciones para lanzar proyectos; otros decidieron ir a mercados con otro boom, como Paraguay, Perú o Miami; se limpió el mercado de los fideicomisos al costo. Grupos grandes hay muy pocos hoy, con más de un proyecto y actuación en varias ciudades del país.
-¿Cómo está el mercado para el hombre de la calle?
-El que tiene capacidad de ahorro tendrá al departamento como la primera opción a mirar. Claro que hay menos de ésos hoy. Yo creo que nuestro negocio tiene el comprador inversor, que busca condiciones muy agresivas en precio, que se sofisticó un poco y por suerte se da cuenta de que no es lo mismo comprarle a cualquiera. Pero después está el comprador genuino, la demanda del ciclo de vida. Cada una de las instancias en la vida de la gente genera una necesidad de viviendas, que sigue siempre.
-¿Cómo ve los precios?
-Los precios medidos en dólares bajaron. Y en algunos casos, significativamente. Sobre todo en lugares donde se juntó mucha oferta sin vender, en sectores de Buenos Aires donde en los últimos años hubo un boom de construcción, como Villa Urquiza. Se construyó mucho alrededor de las zonas más buscadas, en los anexos de Palermo. Es lo que yo llamo la palermización de la demanda. Ahí había stock, no siempre de la mejor calidad. Entonces eso produjo una baja de los precios de entre 20 y 40%. Al que quiere vivir en esos barrios y tiene el dinero, hoy le conviene comprar ahí.
-Pero en los grandes proyectos no bajaron los precios?
-En algunos sí, aunque es verdad que otros han subido.
-¿Hacia qué zona van los grandes emprendimientos?
-Se concentró toda la mirada del desarrollo en muy pocas zonas. Y la Argentina es muy grande, hay un montón de lugares interesantes donde todavía se puede construir. Creemos que es muy bueno que las ciudades se desarrollen para arriba y no que se extienda la mancha suburbana. En un país que todavía tiene falta de cloacas, es fundamental tener una ciudad sustentable, para hacer un buen aprovechamiento de las redes de infraestructura. El mundo hoy piensa así, pero acá hay mucha gente que ve con malos ojos que se construya en la ciudad.
-Ustedes tuvieron muchas quejas en ese sentido.
-Sí. Todo lo hacemos dentro de lo que marca el código para cada terreno. Pero aun así, hay gente con ideas que para mí son retrógradas del desarrollo urbano. Son los que no quieren torres, los que no quieren densificar la ciudad. Mi idea es crecer para arriba. Londres crece para arriba. Nueva York crece para arriba. Esto revitaliza la zona, a los comercios locales. Es como se desarrollan las ciudades modernas.
-¿Cómo se manejan con la inflación alta que hay en el país?
-Nuestros ingresos y egresos se mueven con el mismo ritmo, así que no es un tema que nos preocupe. Actualizo los planes de acuerdo con lo que suben los costos, no es algo que nos genere preocupación.
-¿Cuánto obstaculizan las trabas a las importaciones?
-El 95% de nuestras provisiones son locales. Es cierto que algunos proveedores tuvieron dificultades para importar, pero se solucionó. Nuestras compras, salvo en algún ítem, como ascensores, es local.
-¿Cree que volverá la dolarización de los inmuebles?
-Espero que no. Porque la pesificación es mucho más sana. Es imposible comprar un departamento en Brasil con dólares o en Chile?
-Pero ellos no tienen inflación, por eso pueden?
-Ojalá tengamos menos inflación, pero no es buena la dolarización.
-¿La infraestructura que rodea a estas construcciones es la adecuada? Algunos dicen que no y que hay peligro de colapso.
-Eso no es cierto. El código de cada ciudad asigna densidades a los barrio de acuerdo con la capacidad que tiene para absorber esa infraestructura. Nosotros antes de construir debemos tener la autorización de quienes ofrecen los servicios. Es una excusa más de quienes quieren frenar el desarrollo por intereses que no tienen que ver con el vigor de la ciudad.
-¿Qué opina del plan Procrear?
-Es un buen intento, sobre todo, para los sectores que estaban lejos de acceder a la vivienda. Me parece que los desarrolladores podrían tener un rol que hoy no tienen. La figura del desarrollador no existe en Procrear, sino que es el Estado el que da los créditos y el que entrega el proyecto a las empresas constructoras. Creo que se beneficiaría mucho si se incluyera a desarrolladores privados, como sucede en Brasil o en México.
Fuente: La Nación