Leemos sobre el “Road Show Asia 2015” que ha realizado InPerú por Japón, Corea y China. Ha vuelto el responsable de Proinversión, Javier Correa, con el interés de Hitachi, Mitsubishi y Hyundai por participar en las concesiones de las líneas 3 y 4 del metro de Lima. Lógico que los grandes proveedores de material rodante e infraestructura quieran estar, pero buena señal a la vez.
En un proyecto de largo plazo no es fácil generar novedades diarias, pero al propio tiempo la repercusión para a ciudad de una infraestructura de transporte de alta capacidad, hacen que deba conocerse bien. Porque claramente, a medio plazo, el funcionamiento de este sistema, sus líneas y la ubicación de las paradas serán fuertes condicionantes en las decisiones de personas, empresas e inversores. Y especialmente para el desarrollo inmobiliario de viviendas, zonas de negocios, edificios de oficinas y centros comerciales y de servicios.
La historia del metro de Lima ha sido lamentable durante muchos años. Después de una animosa idea, en 1974, por falta de financiación no se iniciaron las obras de la Línea 1 hasta 1986, que se inauguró, inconclusa, en 1990. Nueve kilómetros de red en superficie, que resultó inútil como medio de transporte y que sólo sirvió para que durante casi 20 años circulasen, vacíos y sólo para evitar su deterioro, los trenes Ansaldo Breda que hoy, renovados, se utilizan en esa línea una vez completa.
En 2009 se retomaron las obras, se amplió la línea hasta que se culminó en 2011 y subsiguientemente se amplió con un tramo 2 que entró en operación en julio de 2014. La línea se concesionó a un consorcio de Graña y Montero con Ferrovías de Argentina y con sus 35 kilómetros de longitud de sur a norte es uno de los trenes elevados más largo del mundo y el principio de una futura red de 6 líneas que, hoy sí, debería salir adelante.
La línea 2 inició sus obras en diciembre de 2014. Ha sido concesionada a la empresa Consorcio Nuevo Metro de Lima, formada por Cosapi, Impreglio, Ansaldo Breda, Iridium –grupo ACS- y Vialia –grupo FCC-. O sea peruanos, españoles e italianos. Será totalmente subterránea, recorrerá la ciudad de este a oeste interconectando con la Línea 1 en la estación de Gamarra, con un ramal de la futura Línea 4 al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y, como novedad, los trenes serán automáticos, sin conductor. Inversión US$ 6.620 millones. A partir de ahí seguirán las concesiones próximas de las líneas 3 y 4 para terminar con la 5 y 6 que están en fase de estudio.
Para mediados de la próxima década, el panorama de Lima debería cambiar radicalmente, sobre todo si el gobierno metropolitano consigue impulsar un trasvase en la movilidad urbana desde el vehículo privado al transporte público.
Fuente: WOF – World Office Forum