¿Por qué insisten en seguir trayendo las cosas de China cuando nosotros las podemos hacer acá?”. Esa pregunta se la hizo el expresidente de Paraguay, Horacio Cartes, a su entonces par brasileña, Dilma Rousseff, en 2016, y la sacó a colación hace pocos días el presidente de la Cámara de Comercio Uruguayo Paraguaya, Ricardo Scaglia. Paraguay, que está a hora y media en avión, 16 horas en auto y 20 en ómnibus de Uruguay, quiere jugar en las ligas del gigante asiático y no escatima en desplegar sus armas de seducción para atraer inversores de los países vecinos.
Los uruguayos han sido conquistados desde hace más de 10 años por las potencialidades del campo paraguayo, pero hoy, podría decirse, no hay área de la economía paraguaya que no tenga cualidades para llamar la atención. Como por efecto contagio, distintos rubros de empresas uruguayas se han ido instalando en tierra guaraní. Ya todos coinciden en que Paraguay es un diamante en bruto.
La principal característica de las relaciones comerciales e inversiones de los uruguayos en Paraguay en los últimos años ha sido, según el embajador de Uruguay en Paraguay, Federico Perazza, su “gran diversificación”. “En algún momento las inversiones estaban muy focalizadas en la compra de tierras, en el sector ganadero. Después pasaron por el sector inmobiliario y ahora a prácticamente todas las áreas de la economía paraguaya”, dijo. Según Scaglia, las inversiones uruguayas en Paraguay se comenzaron a “mover mucho más” en los últimos cinco años.
Y una lista de empresas uruguayas que están en Paraguay lo confirma. Los sectores son variados: agropecuario, navieras, construcción, consultoras, desarrollo inmobiliario, gastronómico, importadoras, de insumos químicos, farmacéutico, logística general, marketing, cambios, vestimenta, servicios, rurales, seguridad, tecnología, cargas, turismo y decoración y muebles. Según Perazza, esa diversificación es inducida, ya que, por ejemplo, cada vez que se realiza una m
En 2016 la lista de empresas uruguayas en Paraguay que proporcionó la embajada de Uruguay para elaborar el informe “Paraguay: el destino rentable de las inversiones uruguayas” tenía 53 empresas. Hoy son el doble.
La empresa Ferrere desembarcó en Paraguay en 2003 y fue su primera expansión fuera de Uruguay. Su director, Agustín Mayer, contó que en aquel momento, largarse “fue una aventura” y confesó que “al Paraguay de hoy, nadie se lo imaginaba”. “Ves un consumo mucho mayor, una población con muchos jóvenes en la base y menos población envejecida”, apuntó.
Hay atractivos que ofrece Paraguay y son aplicables a todos los rubros. Es el caso de la poca presión impositiva, el conocido “triple 10”: 10% de IVA, 10% de impuesto a la renta empresarial y 10% de impuesto personal. También es punto a favor el que al menos la mitad de su población sea menor de 30 años y que, según Scaglia, esté “deseosa de aprender”. Lo mismo si se habla de sus “cero problemas sindicales”, al decir del presidente de la Cámara de Comercio Paraguayo Uruguaya, Matías Ordeix. En ese sentido, Mayer agregó que el paraguayo es “muy trabajador” y que “no tiene peros”. Los costos, a su vez, son menores, tanto si se habla de la mano de obra –para casos que no requieran de personal calificado– como el de alquilar un local, de comprar tierras, o un apartamento. Así lo resumió el presidente de la Cámara Uruguayo Paraguaya: “Es un país que está muy cerca, muy cálido, con lazos muy afines. Dicen que son competitivos en los costos fiscales, energéticos, laborales, más que en la región e incluso países asiáticos, que tienen una mano de obra joven y deseosa por aprender y trabajar. Y es verdad”.
No todo es color de rosa
Los empresarios consultados coinciden en señalar que Paraguay es un país en pleno desarrollo, aunque no todo es color de rosa. Mayer indicó que en aspectos como la seguridad jurídica “ha mejorado mucho”. Sin embargo, coincide con Perazza en que “hay mucho camino por recorrer”.
Para el embajador de Uruguay en Paraguay, el país guaraní está en un camino “no regresivo” hacia una formalización. Los inversores uruguayos, dijo, tienden a buscar la seguridad jurídica y se asesoran antes de hacer inversiones de alto riesgo. La oportunidad de jugar en “otras ligas”, dijo Perazza, surgirá cuando Paraguay alcance el grado inversor, una clasificación otorgada a un país sobre la evaluación concedida por las calificadoras de riesgo crediticio. Paraguay, según Perazza, está a un paso de obtenerla. “Ahí el país se expone a toda la comunidad financiera internacional y van a poder venir mayores inversiones. Uruguay está mirando esto de manera expectante”, apuntó.
Por otro lado, la necesidad de infraestructura que, según Perazza, recién comenzó a priorizarse significa una oportunidad para empresas del rubro de la construcción.
isión comercial, se elaboran estudios de mercado junto con Uruguay XXI. “Las empresas que vienen saben que hay un nicho de mercado”, indicó. Agregó que existe el desafío de contar con la misma matriz exportadora que Paraguay. “Entonces, ¿qué nos vendemos?”, cuestionó.
Pero los desafíos existentes en la educación se hacen sentir a la hora de buscar mano de obra calificada. La constructora Saceem, por ejemplo, encontró su oportunidad de mercado en Paraguay hace tres años y cuenta con una oficina en el WTC de Asunción. El cargo de gerente lo ocupa un uruguayo.
Su vicepresidente, Alejandro Ruibal, contó que se trata de un mercado al que le falta madurez en algunos rubros, así como profesionalismo. “Todos los mercados tienen sus ventajas y sus desventajas”, apuntó.
El socio de la agencia de turismo estudiantil Funtour, Javier Rocha, apuntó que “el personal calificado no es económico” y que sigue siendo difícil encontrarlo. “La conformación de equipos de buen nivel es una de las problemáticas actuales para los empresarios”, subrayó.
Según Scaglia, “el uruguayo todavía es más eficiente”. “De pronto los paraguayos van adquiriendo hábitos y aprendiendo”, dijo. Sin embargo, Mayer nota una evolución positiva y, pese a que sigue habiendo escasez, considera que hoy es más fácil encontrar personal calificado.
Oportunidad desaprovechada
Para el presidente de la Cámara de Comercio Uruguayo Paraguaya, hay una oportunidad para la industria –de cualquier tipo– que aún no se está aprovechando. Es la misma a la que seguramente se refería el expresidente Cartes en aquella pregunta en 2016. Es que cualquier tipo de industria que decida producir en Paraguay para exportar puede ampararse en el régimen de maquila. Esto quiere decir que una fábrica podrá elaborar en Paraguay con un único tributo (sobre el valor agregado en territorio nacional) de 1%.
Además, la empresa puede vender una determinada cantidad de su mercadería en el mercado paraguayo pagando únicamente el impuesto de salida (10%). “Tenés energía, metro cuadrado y personal barato. Perfectamente puedo enviar mis productos para Uruguay por barco, le sumo el costo del flete y aun así saldrá más barato”, apuntó Ordeix. “¿Por qué no analizar los números e instalarse en Paraguay si soy más rentable? No hablo de cerrar la empresa (en Uruguay) sino de expandirse”, agregó.
Al respecto, Perazza dijo que en este caso la renuncia fiscal del Estado es prácticamente total, lo que genera efectos directos y creación de empleo, pero no le da sustentabilidad en el tiempo. “Para cambiar la forma de captación y apuntar a industrias de mayor valor agregado, se necesitan otras cosas”, señaló.
Inmobiliario y construcción
Así como Asunción crece en población, también lo hace en altura. Tanto Ordeix como Scaglia y Perazza coincidieron al señalar que el inmobiliario y la construcción son dos de los segmentos de mayor inversión por parte de uruguayos. Scaglia comentó que al principio se optaba por construir edificios de “alto nivel”, y que ahora la tendencia es invertir en construcciones más pequeñas que apuntan a jóvenes de clase media y media-alta que buscan la independencia. En esa línea, el embajador Perazza aseguró que es permanente “ver cuatro o cinco uruguayos que ponen determinada cantidad de plata, compran un terreno y hacen un inmueble de 20 apartamentos orientado a la vivienda social, de estudiantes”. Apuntó que hoy ese segmento está dispuesto a endeudarse para comprar una vivienda. Un metro cuadrado, aportó Ricardo Scaglia, vale entre US$ 900 a US$ 1.500, según sea de alta gama o media, y quienes deciden comprar apartamentos para alquilar –una inversión también común de los uruguayos– obtienen una renta de 8%.
Por otro lado, en la necesidad de desarrollo de infraestructura aparece una oportunidad para las constructoras. Saceem fue una de las empresas que encontró esa oportunidad y ganó, hasta el momento, dos licitaciones: una para un puente que ya está en construcción, y la otra para otros seis puentes más chicos. “Vimos que es un país que tiene que invertir muchísimo en infraestructura, tuvo un crecimiento económico enorme y promete mucho, hay un espacio en ese sector, que es el nuestro, para trabajar”, agregó Ruibal.
Tecnología
La industria del software y de empresas de tecnología fue una de las mencionadas de forma unánime por los consultados como las más elegidas por los uruguayos para apostar a Paraguay. Aunque no es uno de los principales destinos de exportación para las empresas tecnológicas uruguayas, “ha sido siempre un mercado atractivo”, señaló el presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información, Leonardo Loureiro. Indicó que las que deciden instalarse en Paraguay son, generalmente, las que ofrecen servicios, mientras que las de productos tienden a asociarse con socios que los distribuyan. A su vez, dijo que se suele trabajar con personal técnico uruguayo, “no tanto por la calidad técnica que se pueda encontrar, sino por la cantidad de consideraciones en el manejo de ese tipo de personal a distancia”. “En software, hay muchas cosas en las que las empresas quieren tener control, y la necesidad de personal técnico que trabaje con las mismas normas obliga a tener consideraciones que llevan a no instalar un centro de desarrollo en Paraguay”, agregó.
Fuente: elobservador.com.uy