Por María Claudia Lacouture, Ministra de Comercio, Industria y Turismo de Colombia
Podemos confirmar que crece la confianza internacional en Colombia como destino para los capitales del mundo. Una cifra que supera las 800 empresas, provenientes de 59 países, han llegado a Colombia entre 2010 y 2016. Han aportado al país recursos, conocimientos y tecnología. Han generado empleo en sectores relacionados con nuevas tecnologías, servicios, metalmecánica, automóviles, restaurantes, comercio al por menor, químicos, materiales de construcción e infraestructura, solo para mencionar las actividades más representativas.
Más de la mitad vinieron a desarrollar proyectos completamente nuevos, que han implicado la construcción de la infraestructura necesaria para industria, agricultura o comercio partiendo de cero, lo que se conoce como greenfield. Otras se han asociado con productores nacionales mediante alianzas estratégicas, fusiones o adquisiciones.
En el 2016 la inversión extranjera directa, IED, registrada fue de USD 13.593 millones, un 15,8% más que en 2015. De ese total, USD 11.525 millones correspondieron a sectores como agricultura, manufacturas, electricidad, gas y agua, construcción comercio y restaurantes, transporte y almacenamiento, establecimientos financieros y servicios comunales; es decir que un 84,8 % corresponde a sectores distintos de minas y petróleo, donde tradicionalmente se concentraban los recursos foráneos que venían al país.
El año pasado, los tres países que más invirtieron en Colombia fueron, en su orden, Canadá, Estados Unidos y España. Tanto con los EEUU como con España tenemos una larga y fructífera relación, cuantificable tanto por la cantidad de inversionistas como por los capitales aportados. Canadá, en cambio, forma parte de un grupo que también incluye a Israel, China, Irlanda, y Costa Rica, que han incrementado su presencia en los últimos años.
Si Colombia ha asegurado la confianza inversionista es porque tenemos las herramientas para fortalecer la relación con esas empresas, lo que nos ratifica como el tercer destino más grande de Inversión Extranjera Directa en Suramérica, detrás de Brasil y Chile.
Nuestros principios constitucionales garantizan igualdad, universalidad, automaticidad y estabilidad. La inversión extranjera en territorio nacional recibe el mismo trato que la inversión local, salvo limitadas restricciones. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estamos por debajo del promedio de las limitaciones que se aplican en el mundo, lo que incluye a los países miembros de esa organización.
En efecto, a excepción de las actividades de defensa y seguridad nacional, y el procesamiento, disposición y desecho de basuras tóxicas, peligrosas o radioactivas no producidas en el país, la inversión extranjera es permitida en todos los sectores de la economía. Tampoco se aplican límites a los porcentajes de inversión extranjera, con unas pocas excepciones.
Aplicamos normas claras y estables que regulan asuntos cambiarios, corporativos, contables, comerciales, laborales, migratorios, tributarios, ambientales e inmobiliarios. Hemos celebrado acuerdos internacionales (bilaterales y multilaterales) para evitar la doble tributación que brindan estabilidad jurídica y se traducen en rebajas efectivas de impuestos.
Tenemos vigentes 15 acuerdos de inversión los cuales involucran a Canadá, Estados Unidos, México, el Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y el Salvador), Costa Rica, la Alianza del Pacífico, Chile y Corea del Sur, Japón, Reino Unido, España, Suiza, China, India y Perú.
Nuestro marco legal se ha ido ajustando para facilitar la inversión. El pasado 26 de enero se expidió un decreto (119 de 2017) que incorporó cambios al régimen vigente con este objetivo. Otro decreto (270 de 2017), nos permitirá contar con mecanismos encaminados a coordinar, evaluar, analizar el impacto y fortalecer la transparencia y consulta de la normatividad vigente.
Estas mejoras nos han generado el aval del Comité de Regulación de la OCDE. Esta organización considera que el país cumple con estándares y principios que en materia de regulación han sido exitosos en otros países del mundo. Su Comité de Inversión le otorgó el visto bueno a Colombia en 2016, lo que significa que nuestras políticas en la materia están en línea con los estándares OCDE.
Según el indicador Doing Business, elaborado por el Banco Mundial, ocupamos el segundo lugar entre las economías de América Latina y el Caribe con mejores condiciones para hacer negocios, y el segundo en el mundo en facilidades de acceso al crédito.
Somos un país que brinda garantías jurídicas, tiene reglas de juego claras y un buen ambiente para todas las compañías, nacionales o internacionales. Tenemos estabilidad económica, somos un socio confiable, estamos interconectados con el mundo y ofrecemos mano de obra calificada.
Por eso creen en nosotros. Porque ofrecemos un clima favorable, una legislación adecuada, oportunidades rentables, estabilidad jurídica y mecanismos adecuados en caso de controversia. Porque para los empresarios del mundo, la respuesta es Colombia.
Fuente: Anuario Inmobiliario 2017 – www.mktre.com/anuarioinmobiliario