Viviendas y oficinas de Perú volverán a ser negocios atractivos para los desarrolladores, con el ‘bono verde’ y el formato coworking como principales dinamizadores. En el 2019 las cifras de los dos principales segmentos inmobiliarios —viviendas y oficinas— volverán a ser atractivas como hace cinco años. Aunque las rentabilidades serán menos deslumbrantes, debido a la madurez del mercado y a la escasez de terrenos, ya se puede ver el viento a favor que empujará a los desarrolladores.
Crecimiento verde
La recuperación del mercado de viviendas se acentuará, especialmente en el subsegmento social. Ello gracias a la continuidad del ‘bono verde’, anunciada recientemente por Jorge Arévalo, presidente del directorio de MiVivienda. El fondo espera colocar más de 11,000 créditos hipotecarios el próximo año, con lo cual igualaría el pico del 2013. “Las colocaciones crecerán 8% respecto al 2018 por los proyectos de vivienda social bajo el ‘bono verde’. El mercado se torna cada vez más dinámico”, confirma Manuel Piñán, Gerente de Negocio Inmobiliario del BBVA Continental. El banco no aumentará la tasa de interés de sus créditos. “Se predijo un aumento de las tasas [hipotecarias] por la estabilidad en EEUU, pero se mantendrán bajas y eso favorece al mercado”, dice Antonio Espinoza, gerente general de la inmobiliaria Desarrolladora. El BBVA prevé que el 90% de sus colocaciones del próximo año se dé por el ‘bono verde’.
El mismo entusiasmo muestran los desarrolladores. C&J Constructores lanzará sus dos proyectos sociales con este bono, cuenta su gerente general, Jaime Rodríguez Larraín. “Las ventas irán por muy buen camino”, agrega Rolando Ponce, Gerente General de Viva GyM. Mauricio Caballero, gerente de división inmobiliaria de Besco, dice que ahora todo su pipeline de proyectos está en vivienda social.
Mejora compartida
La vacancia de oficinas continuará su tendencia a la baja: cerrará el 2019 en 18% y alcanzará el nivel saludable de 13% en el 2020, prevé George Limache, Jefe de Investigación de Binswanger. Ello pese a que la absorción se reducirá ligeramente respecto a este año, de 130,000 m² a 110,000 m².
El coworking continuará dinamizando el mercado. “Ya no va a tomar tantos metros como este año. Ahora tiene que recolocarlos”, explica Limache. Aún así, los planes de empresas como WeWork se mantienen agresivos: ya opera cuatro edificios y espera tener 12 al cierre del 2020. “[Las coworking] con un montón de plata se quieren comer el mercado”, explica Martín Bedoya, director ejecutivo de Edifica. Pero mientras se ocupan de alquilar los m² absorbidos, la vacancia bajará por la menor oferta. Ingresarán 40,000 m², frente a los 123,000 m² del 2018.
Ese será el telón de fondo para la narrativa que dominará el segmento en los próximos años: la batalla entre oficinas compartidas y prime tradicional. Ivan Zárate, VP real estate de Sura, resume cómo será la dinámica: “no se van a suplantar totalmente, pero sí va a obligar a que los [arrendadores] tradicionales adecúen su operación con servicios inhouse” (SE 1646, Especial Real Estate). Las empresas que han quedado tras la ‘limpieza’ de las altas vacancias son especializadas en renta y con amplias espaldas financieras, como Centenario, Urbanova y Alpina.
Poco tierra
En este escenario favorable, el principal obstáculo es la escasez de terrenos saneados a precios que permitan rentabilidad. “La vivienda social no está siendo acompañada por la generación de suelo con infraestructura de saneamiento y conectividad de transporte”, finaliza Carola Pacheco, Gerente General de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios. El 2019 será el año que los desarrolladores vienen esperando.
Fuente: Semana Económica, publicado en Binswanger Perú