Para que un proyecto arquitectónico sea integral no basta su aporte estético. Sus constructores también deben preocuparse por el desarrollo del negocio, tanto para el vendedor como para el comprador. Además, las comunidades deben beneficiarse y esto incluye el cuidado al medioambiente.
Así lo explicó Andrés Correa, presidente en Colombia de la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (Fiabci), que entregó los Premios a la Excelencia Inmobiliaria 2017, en los cuales el gran ganador fue el Centro Empresarial Pontevedra, en el norte de Bogotá.
El edificio de oficinas de quince pisos, más dos sótanos, fue desarrollado por Amarilo y tiene un área construida de 44.600 metros. Se destaca, además, porque revitaliza un sector con ubicación estratégica y proximidad al sistema de transporte masivo.
Por su parte, en la categoría vivienda el galardón fue para Altos de Caujaral, en Barranquilla. La obra levantada sobre un lote de 25.200 metros cuadrados tiene siete torres con vista privilegiada al Lago Caujaral que solo ocupan el 30 por ciento del terreno. El resto se destinó a un gran jardín natural. Mosquera (Cundinamarca) también tuvo un reconocimiento en la categoría de vivienda social. Fue para Palmeto, un desarrollo de Camilo Santamaría Arquitectura y Urbanismo, que edificó 552 viviendas distribuidas en 23 torres.
También en comercio
La ampliación de Diverplaza, en Bogotá, fue otro ganador: recibió el galardón en la categoría comercio. LAB Desarrollos potencializó una construcción en seis fases para ampliar a 50.000 metros cuadrados los 26.000 de área rentable que tenía en el 2014.
En la categoría industrial, este año el primer puesto fue para Construcciones de Zonas Francas, con el diseño de la fábrica de etiquetas Indugral-SabMiller. Igualmente, está el Gran Malecón Sector Puerta de Oro que ganó en el segmento de sector público. Es una propuesta en la ribera occidental del río Magdalena liderada por la Alcaldía de Barranquilla.
A la excelencia inmobiliaria en hoteles se sumó Wayá en Albania (La Guajira), desarrollado gracias a la visión de la Fundación Cerrejón Progreso.
Fuente: El Tiempo