En un desayuno organizado por Áreas Globales, desarrolladores, brokers, constructoras y consultoras destacaron que la inflación, con alzas de los costos de 60% en 18 meses, y el aumento de la tierra, no alientan nuevos proyectos. No obstante, hay expectativas por el blanqueo y el impacto de las líneas crediticias lanzadas.
Auspiciado por Hunter Douglas, el debate contó con la participación de Damián Tappatá de Constructora Sudamericana, Graciana Calcavecchia de Criba, Mario Gómez por Le Bleu, Danilo Antoniazzi, presidente de la ONG Acción Sustentable, Domingo Speranza de Newmark, María Laura Calle del Banco Santander Río, Miguel Ludmer de Interwin, Darío López de Arquitectonika, Ignacio Trabucchi de ATV Arq, Carlos Spina de Argencons, Pablo Caputo y María Lambach, por la firma patrocinante.
Hay expectativas de inversores con respecto a la Argentina, interesados en tierras y en inmuebles de renta, y también se evalúa el impacto del blanqueo y el lanzamiento de las líneas hipotecarias, con miras al 2017. El repaso de lo sucedido en la nueva gestión por los asistentes, indicó que la salida del cepo y el default fueron condiciones “necesarias pero no suficientes”, como enumeró Mario Gómez, incluido el tema de una inflación que afecta a los consumidores. Su control es imperioso, se coincidió en forma unánime.
Entre algunas de las conclusiones del encuentro, que se difundirá en más de un artículo, figuran:
– Si bien las escrituras muestran un crecimiento en los últimos meses, se parte de valores bajos, se pasó de 100.000 operaciones al año a un tercio de esa cifra. Además, en el caso de las unidades nuevas, reflejan las ventas de un año atrás, ya que se tarda en escriturar, creando situaciones irregulares con respecto a expensas y reglamentos de copropiedad.
– Se mantienen las obras que ya se habían iniciado, pero para un desarrollador o inversor el inicio de nuevas, aun con preventa, representa un importante desembolso de equity que recién se recupera al año de la obra finalizada, con el riesgo que conlleva.
– A estas alturas, no se visualiza todavía el desarrollo de nuevas zonas, si bien los participantes coinciden en que hay que apuntar a sectores con menor valor de la tierra, los costos de la construcción en alza y un dólar rezagado, según algunos, no promueven esos desarrollos. Para ello se requiere una mayor interrelación público / privada, una necesidad que plantearon todos los presentes. Se citó como ejemplos el desarrollo del Distrito tecnológico y el Corredor de Donado Holmberg, ambos con resultados satisfactorios. Sobre ese punto, las expectativas se centran en la licitación y venta de tierras del Estado.
– En Buenos Aires, los permisos de obra pasaron de 2.500.000 m2 en el 2011, a 650.000 m2 en el 2015. Sin embargo, “hay que salir de la zona de confort”, apuntó Danilo Antoniazzi, y buscar oportunidades de menor incidencia en La Boca, Villa del Parque o Liniers. “Los desarrolladores deberían salir a buscar otros barrios, asumir riesgos”.
-Carlos Spina explicó que son zonas con menor liquidez y demanda potencial, pero que se pueden ver favorecidas por los créditos anunciados, si se para el alza brutal de los costos para que el negocio cierre.
-Coincidió Ignacio Trabucchi con que las condiciones actuales obligan a seguir a la franja Premium, con una polarización bien marcada, ya que para tratar de colaborar en la problemática social, por el momento, no hay atractivos suficientes.
-La apuesta a los mismos barrios top de la ciudad, tendencia que se ha acentuado, también incide en los usados en buenas ubicaciones, en cuanto al valor de reposición. En este aspecto, María Laura Calle apuntó que esta percepción está achicando la oferta de propiedades, lo que se observa en solicitudes de crédito ya aprobadas y a la espera.
-La instrumentación de las líneas hipotecarias del Nación, con una tasa muy baja del 14% y el Central a través de las UVIS, que por ahora se asignan sólo a los clientes de los bancos que han entrado en la operatoria, como el Santander Rio donde ya se presentaron 2900 solicitudes, son desde ya una señal muy positiva, pero todavía de difícil acceso para el grueso de los sectores medios. Se estima que, a medida, que se vayan afianzando y ceda la inflación movilizarán el mercado.
-Otro punto es la ley de blanqueo que puede tener impacto en el sector, pero se espera su reglamentación para tener en claro cuáles serán los beneficios, un caso es el de los fondos comunes de inversión.
-Desde el exterior sin embargo, como destacó Domingo Speranza, que viene justamente un road show por Estados Unidos, “se mira a la Argentina con gran expectativa, hay fondos interesados en invertir en tierras y en inmuebles para renta”. En América latina hoy son escasos los países, Chile está muy consolidado, Brasil no es considerado en estos momentos, la situación política incide en ese enfoque, las intenciones apuntan a la Argentina. Lógicamente se requiere de un marco de seguridad jurídica. Otro tema, la idiosincrasia local: “En San Pablo, donde todos los insumos están en moneda nacional, los inmuebles están 40% más baratos que un año atrás, asumieron que son más pobres. El acero baja en todo el mundo y no en la Argentina, ese es un dato objetivo”.
-La urgencia pasa por tratar de generar herramientas, con la participación del Estado, para llevar adelante una ley de vivienda social al estilo de la uruguaya, que mancomune a todo el sector. Juntar voluntades y salir del antagonismo histórico. Con trasparencia, por supuesto.
Fuente: Áreas Globales