“El segmento industrial está subofertado, por lo que a futuro es el de mayores perspectivas de crecimiento y de inversiones interesantes como resguardo de valor”, resalta en esta nota Herman Faigenbaum, Managing director de Cushman & Wakefield, empresa global de servicios inmobiliarios corporativos.
El atractivo del mercado de Buenos Aires frente a otras grandes ciudades de Latinoamérica radica en que se encuentra estructuralmente subofertado, por lo que a futuro tiene un largo recorrido de crecimiento y se presenta como una de las inversiones más interesantes para resguardar el valor del capital.
Actualmente, el stock de depósitos Clase A apenas supera el millón de metros cuadrados, aunque unos 220 mil metros cuadrados se encuentran en construcción y alrededor de 565 mil permanecen en proyecto. La oferta de espacios logísticos debería crecer por lo menos al doble para poder proporcionarse con la superficie contabilizada en otras ciudades latinoamericanas.
En el submercado Triángulo San Eduardo se concentra la mitad de la superficie clase A, sin embargo la escasez de tierra dentro del mismo, está desplazando el desarrollo del mercado hacia el norte por los corredores de las rutas 8 y 9, ganando importancia el Polo Industrial Zárate-Campana, que ya cuenta con grandes parques industriales consolidados, y con disponibilidad de tierra para albergar nuevos emprendimientos.
La zona presenta un tejido industrial consolidado, formado por grandes empresas, con fuerte presencia de la industria automotriz, química y petroquímica. El tamaño de las compañías que pueblan el corredor ha llevado a que algunos de sus proveedores elijan instalarse en este polo industrial, por la conveniencia geográfica que se traduce en el ahorro de costos de desplazamiento.
Respecto al panorama que presenta el mercado, si bien se observa cierta quietud frente a la incertidumbre que supone el año electoral y el posible cambio de ciclo político, los indicadores muestran signos saludables, que mantienen el precio de alquiler y la rentabilidad. Además, algunas empresas ya han comenzado la búsqueda de nuevos espacios, más amplios y mejor dotados que permitan desarrollar sus planes de expansión, aunque es posible que las decisiones se demoren hasta que el panorama económico y político presente mayor certeza.
Fuente: Áreas Globales