Los principios básicos para la mejora de la eficiencia energética de los edificios son: reducir la demanda energética, aumentar el uso de las energías renovables disponibles y aumentar la eficiencia energética de las instalaciones. El estándar PassivHaus es un buen ejemplo, cuyos edificios certificados consiguen reducir la demanda de calefacción y refrigeración a valores menores o iguales a 15 kWh/m² año.
Construir y rehabilitar edificios, de manera que funcionen de forma autónoma, reduciendo su dependencia energética, es posible mediante la aplicación de medidas efectivas, y una adecuada legislación que lo permita.
Reducir la demanda energética
La reducción de la demanda energética, en el interior del edificio, es una estrategia pasiva directamente relacionada con su envolvente térmica; consiste en la aplicación de una serie de medidas, que afectan a fachadas, huecos -vidrios y marcos-, suelos y cubiertas, y su objetivo es reducir el consumo energético, garantizando la temperatura interior de confort, durante todas las estaciones del año. Por otro lado, el control de la demanda, también tiene que ver con el control de la ventilación de los espacios interiores, para garantizar la calidad del mismo.
Un buen ejemplo de esta estrategia, es la aplicación del estándar PassivHaus, que incluye entre sus criterios de certificación, valores máximos de la demanda de calefacción y refrigeración -también para demanda de energía primaria. Para cumplir con estos criterios, y alcanzar la certificación, es necesaria la aplicación de una serie de requerimientos que afectan al diseño y construcción del edificio:
- Una buena orientación aporta ganancias gratuitas en los espacios interiores, que si son aprovechadas durante los días de más frío, contribuyen a reducir la demanda de calefacción. Por el contrario, el control de la radiación solar en verano, permite evitar ganancias de calor no deseadas, reduciendo así la demanda de refrigeración.
- Una alta compacidad y un buen aislamiento térmico, son criterios de diseño, que permiten reducir las pérdidas de energía por transmisión.
- Los edificios con una alta hermeticidad, permiten aumentar la eficiencia energética de la ventilación controlada, ya que se reducen las pérdidas de energía, debidas a filtraciones de aire (ventilación no controlada y no deseada). Al eliminar dichas filtraciones, mejora la permeabilidad al aire o hermeticidad del edificio.
- La instalación de recuperador de calor como parte del sistema de ventilación controlada, permite reducir pérdidas debidas a la necesaria renovación del aire interior para garantizar la calidad del mismo.
Satisfacer la demanda con energías renovables
El uso de energías renovables en los edificios consiste en una estrategia activa. Mientras que en la primera estrategia de limitación de la demanda se consigue reducir las pérdidas energéticas, de manera que se reduce la necesidad de consumo de energía mediante estrategias pasivas aplicadas en la envolvente térmica; en la segunda estrategia, se pretende utilizar energías limpias para satisfacer la ya reducida demanda de energía primaria.
El aprovechamiento de fuentes de energía renovable reduce la dependencia energética en los edificios. Los ejemplos de energías más comunes son:
- Energía solar térmica, para producción de agua caliente sanitaria (ACS).
- Energía solar fotovoltaica, para la producción de electricidad.
- Energía geotérmica, para la obtención de energía eléctrica y térmica (calefacción, refrigeración y ACS).
- Energía eólica y mini-eólica para la producción de electricidad.
- El uso de la biomasa, como alternativa a los combustibles fósiles.
- La co- generación y la micro-cogeneración, para la producción de electricidad y de energía térmica.
- El aprovechamiento de los residuos para obtener energía limpia.
La idoneidad del tipo de energía renovable a utilizar en los edificios, dependerá de los factores climáticos, geográficos y funcionales correspondientes a cada caso en particular. Sólo el desarrollo y la investigación en este tipo de tecnologías permitirá un uso eficiente de las mismas, así como el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones y ahorro energético en la edificación para los próximos años, no muy lejanos.
Utilizar instalaciones con la máxima eficiencia energética
Para terminar, y una vez implementadas en los edificios, las estrategias primera y segunda -por este orden-, la tercera estrategia consiste en utilizar instalaciones con la mayor eficiencia energética posible. El uso de combustibles fósiles debe ser siempre el último recurso, y la tendencia a su desaparición, el objetivo inmediato.
Fuente: CEDU