Más allá de las playas y la oportunidad de hacer compras en la Zofri, la Región de Tarapacá ofrece rincones que cada vez atraen más turistas.
Son sitios emblemáticos, rodeados de misterio, donde se puede tener contacto con la naturaleza y, además, con la historia de la Región de Tarapacá. Son cuatro lugares imperdibles, algunos poco conocidos, pero que deben ser considerados en el trayecto de cualquier turista que visite Iquique.
Se trata de Laguna Roja, la cascada petrificada en el poblado de Huatacondo, el salar del Huasco y los geoglifos de Pintados, todos los cuales se encuentran ubicados o tienen acceso desde la provincia del Tamarugal.
La directora de Sernatur, Carolina Quinteros, explicó que cada vez existe un mayor interés de los visitantes nacionales y extranjeros en el turismo sustentable y comunitario. “La Región de Tarapacá tiene mucho que ofrecer en ese ámbito y estamos potenciando esos destinos para que sean considerados por los turistas. Hace mucho tiempo que visitar Iquique dejó de ser sólo playa, compras y Zona Franca”, argumentó.
De hecho, la Laguna Roja o “Willacota”, junto a su leyenda ha comenzado a ser incorporada dentro los circuitos por los operadores turísticos de Iquique, siendo uno de los secretos mejor guardados de las comunidades originarias de Camiña. Se encuentra ubicada en una zona de difícil acceso en el altiplano, a 260 kilómetros al interior de Iquique y en las cercanías del poblado de Nama, hallándose a unos 3.700 metros de altura. Lo dificultoso del trayecto, obliga a emplear vehículos todo terreno y realizar una caminata a pie por lo menos durante 15 minutos, ya que gran parte de los tramos son sólo senderos. Las aguas de la laguna son termales, pero nada se sabe respecto de la profundidad, siendo uno más de sus enigmas. En tanto, su color rojo obedecería a sedimentos locales y microalgas. Aledañas se encuentran la laguna Verde y Amarilla, que conforman un entorno inigualable. Además, en el trayecto hacia el sector es posible observar fauna y flora típica de la zona.
Otro de los lugares, es la cascada petrificada o “Cali” como la conocen los pobladores, que está en Huatacondo. Se trata de una quebrada de más de 100 metros de altura y cuyas rocas simulan la caída de agua. Lugareños relatan que en la zona los incas realizaban sacrificios a los dioses y como una forma de castigo al pueblo, estos habrían petrificado el torrente de agua, del cual vivían los indígenas del sector.
A estos se suman, los geoglifos de Pintados, distantes a 96 kilómetros de Iquique y que conforman una de las mayores expresiones de arte rupestre prehispánicas, donde se pueden observar figuras antropomorfas, zoomorfas y geométricas, del año 450 al 1450 DC.
Por último, el salar del Huasco, que está el área limítrofe de Pica con Bolivia, cuyo humedal se encuentra incluido dentro de la lista de sitios Ramsar y es un impresionante hábitat para aves y fauna .
La presidenta de la Cámara de Turismo de Iquique, Gloria Delucchi, indicó que si bien estos no son destinos masivos, sí se han transformado en puntos de interés creciente. “Si bien es cierto, se ha mejorado la accesibilidad en todos estos lugares, lo dificultoso que podría resultar el trayecto tiene recompensas, pues se accede a sitios únicos en su tipo, con un paisaje impresionante y que se ha transformado en un atractivo incomparable para la región”.
Para el fin de semana de Fiestas Patrias, se proyecta que Iquique tendrá cerca de un 70% de ocupación en sus hoteles.
Fuente: La Tercera