Al ser los bienes raíces la opción preferida de los inversionistas latinos, el financiamiento colectivo es la evolución natural de este mercado.
A principios de agosto en Bogotá, cuando se puso la última placa del BD Bacatá, los obreros izaron una bandera colombiana de 3 metros en la punta del edificio. Con sus 67 pisos, el rascacielos se transforma en la construcción más alta del país. Pero ese no es único motivo de orgullo, ya que el Bacatá también es considerado el primer edificio construido vía crowdfunding en América Latina. Si bien no operó con una plataforma web, es un pionero en el financiamiento colectivo en la región. Esto al recolectar fondos con un modelo que permitió a más de 3.800 colombianos la compra de derechos de participación en el proyecto. El plan funcionó, demostrando además la viabilidad de recolectar fondos colectivamente en el mercado de bienes raíces latinoamericano.
La compra de acciones del crowdfunding equity ya comenzó en México, Chile y Brasil, la posibilidad de que funcione en el sector inmobiliario es prometedora. Los bienes raíces son la primera opción de los inversionistas que viven en América Latina, con el 27,6% del total de su cartera, según datos de 2014 del reporte mundial sobre riqueza de la firma de análisis Capgemini y RBC Wealth Management. “Este tipo de crowdfunding es menos riesgoso, ya que si un proyecto va mal la propiedad puede ser liquidada para recuperar parte de la inversión”, comenta Sherwood Neiss, analista de Crowdfunding Capital Advisors(CCA). “Y cuando los inversionistas perciben menos riesgo en el crowdfunding, ese mercado se expande rápidamente”, agrega Neiss.
¿Qué falta en América Latina para el despegue definitivo? Como ocurre con el resto del crowdfunding, se requiere que madure el mercado y que se implementen nuevas regulaciones para que el mercado de bienes raíces confíe en este nuevo sistema de inversión. “La duda de muchos promotores inmobiliarios es saber si los latinos dejarán que un administrador, puesto por ellos, sea el que resuelva cuándo, cuánto y cómo vender el inmueble”, dice Andrea Rodríguez, directora del Anuario Inmobiliario Latinoamérica.
Por otra parte, otra opción que se abre para los inversionistas latinos es probar el modelo en regiones donde el crowdfunding en bienes raíces está operando. Como una especie de testeo previo. Es lo que propuso la compañía estadounidense Prodigy Network en la Expo Real Estate 2015, que se realizó a mediados de agosto en Buenos Aires. Fundada por el colombiano Alfredo Enrique Escobar, la compañía invita a invertir a través de su plataforma de equity crowdfunding, que opera en el mercado de bienes raíces de EE.UU.
Hoy las tres ciudades con mayores inversiones en bienes raíces en América Latina son Ciudad de México, São Paulo y Rio de Janeiro, según un informe de la firma Jones Lang LaSalle. Son urbes de países donde el equity crowdfunding ya aterrizó, por lo que la entrada del sector inmobiliario es el siguiente paso.