Por Arq. Sergio Topor
Día a día asistimos a cambios de que hubiesen parecido milagrosos hace 20 años en múltiples industrias: medicina, computación, robótica, inteligencia artificial, aviación, autos eléctricos, incontables ramas de la ciencia y la industria están en la nueva revolución industrial.
En obras de envergadura, para la construcción de túneles, puentes, vías férreas, caminos, se ven increíbles maquinarias de montaje, reduciendo las acciones de obra prácticamente a ensambles mecánicos y a las etapas de terminación, con sistemas inteligentes y casi automáticos. No pasa lo mismo en las obras civiles.
La construcción, en general, está muy atrasada respecto al salto tecnológico de las últimas dos décadas: la automatización, y la mejora de procesos y sistemas constructivos aún es incipiente o inexistente. El sueño de Le Corbusier, de que las casas se produzcan en serie y en fábricas, está próximo a cumplir 100 años y aún espera su momento.
Los principales avances a la fecha se ven en el campo del diseño, la resolución de ingeniería, los sistemas de información y control (BIM, drones, GPS, inteligencia artificial, información en tiempo real) pero mucho menos en la construcción, y en particular, en la obra civil.
Vamos viendo algunos casos en el mundo: Broad Sustainable Building, empresa china especializada en edificios prefabricados, ha logrado montar un rascacielos de 57 pisos en tan sólo 19 días. Todos los que vimos sus videos nos sentimos maravillados, envidiosos, y avergonzados al ver el alto grado de planificación, eficiencia y cumplimiento.
Toda cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, y si bien los aportes en todos los procesos de “preconstrucción” son significativos, en la mayor parte de los casos, seguimos pensando y resolviendo la construcción como hace miles de años. Los sistemas constructivos tuvieron su último gran cambio con la incorporación del hormigón armado y las estructuras metálicas en el siglo XIX, y las respuestas técnicas, si bien mejoradas, no han cambiado en forma radical.
Como punto de comparación del avance de la tecnología en procesos de construcción, aquí va un ejemplo significativo: El Empire State Building, de 208.879 m², 102 pisos, se construyó en 410 días en el año……1930!!!! Una marca que casi 100 años después, resulta difícil de igualar.
Fabricación y escala
A pesar de ser quizás la primera industria de la humanidad, la construcción no ha tomado los criterios de los procesos modernos de fabricación. Prácticamente no hay en el mundo una planta que fabrique casas exactamente de la misma manera que una planta automotriz robotizada.
Qué se requiere para resolver las urgencias del déficit de millones viviendas? • Cambiar los paradigmas • Estandarización, sin perder calidad ni identidad de los productos • Implementación de tecnología en la fabricación y en los procesos • Reducción drástica del costo del producto terminado • Una estructura financiera de soporte
Todos los sistemas que hemos nombrado (modularización, impresión 3D, prefabricación, off site building, etc) reducen los costos, en el mejor de los casos, el 30%. Un paso alentador, pero insuficiente.
La solución es simple: las viviendas pueden fabricarse en escala. Habrá que diseñar distintas gamas de producto, los procesos deben ser fabriles, con escalas que justifique la integración horizontal y vertical, con tecnología de punta, los trámites y plazos de aprobación municipales deben simplificarse, y el marco legal debe ajustarse, y permitir que estas viviendas, sean aptas para recibir créditos.
¿Qué podemos hacer mientras tanto?
Dejar de buscar dentro de la caja: hacemos más o mejor de lo mismo, y con escasas excepciones, no buscamos soluciones radicalmente nuevas, conceptuales, de diseño y constructivas.
Los cambios que suceden en las demás áreas del conocimiento nos muestran que los fenómenos disruptivos vienen desde fuera de la industria: Toyota desarrolló el Prius, pero fue Tesla, un outsider, el que consolidó el mercado del vehículo eléctrico. Microsoft no nació en el seno de IBM, y el teléfono celular, originalmente un Motorola, explota en el mundo con el Iphone de Apple, un fabricante de computadoras.
La clave: No estar atado al pasado.
La construcción es una industria tradicional, es común todavía ver la marca del “oficio”, que se transmite de padres a hijos por generaciones, sean en albañiles, herreros, plomeros, arquitectos, carpinteros, ingenieros, etc. Yo mismo soy tercera generación: abuelo carpintero, padre constructor, yo soy arquitecto, y tengo 2 hijos que estudian carreras relacionadas al diseño. La historia marca un rumbo y un cauce.
Pero también hay que entender que las formas de vivir y trabajar han cambiado: la vivienda tradicional para la familia tipo de 2 ó 3 dormitorios es hoy un modelo más, pero no la única opción. Cada vez más encontramos hogares unipersonales, familias no tradicionales, gente que busca micro departamentos pero en zonas muy céntricas o de alta concentración urbana, coworking y coliving, senior livings, etc. Y mientras tanto, las escuelas de arquitectura y los programas gubernamentales de vivienda masiva siguen con los mismos standares de hace 50 años.
Nuevas formas de vivir requerirán cambios en el hábitat, tanto individual como ciudadano, y por ende, nuevas formas de producción / construcción
Repensar los paradigmas
Quizás, el primer paso sea repensar los paradigmas tan arraigados que tenemos. Algunos de ellos:
- Las viviendas producidas en fábrica o por métodos industrializados son de peor calidad que las realizadas por métodos tradicionales o artesanales
- La vivienda debe ser eterna, la durabilidad es más importante que la amortización
- El diseño de cada casa es y debe ser personal y exclusivo
- Los materiales tradicionales o naturales son mejores que los industrializados
- Las casas producidas en serie carecen de identidad
- La mano de obra artesanal es mejor que la industrial
- Las casas tienen que ser “sólidas” (pesadas)
- Los edificios tienen mayor impacto ecológico que las casas
- Las viviendas sustentables son más caras de construir
- Es más importante la inversión en construir o comprar la casa que el costo de mantenimiento anual
- Construir no es para cualquiera. Los problemas de las obras siempre van a existir, no se pueden eliminar
- La vivienda suburbana es familiar, los hogares unipersonales deben estar en complejos o edificios
- La gente que trabaja busca viviendas exclusivamente en ámbitos urbanos
- Los sistemas constructivos locales (adobe, bambú, piedra, suelo cemento, etc.) son cool, pero no pueden ser masivos ni tecnologizados
- La casa del siglo XXI sigue teniendo el lenguaje formal del siglo XIX
Sergio Topor es Arquitecto, Project manager y Consultor en Real Estate, especialista en Evaluación de Proyectos de Inversión, Ingeniería de Valor, Planificación y Programación de proyectos y obras de arquitectura, ingeniería y construcción. Fundador de Sergio Topor & Asociados. Es socio de NAyC, Negocios de Arquitectura y Construcción, Escuela especializada en Capacitación y Consultoría en Dirección de Negocios, Real Estate y herramientas informáticas, orientado a la Arquitectura, Ingeniería, Construcción y el negocio Inmobiliario