Colonia es un lugar de encuentros. Encuentro de la tierra con el río, encuentro de culturas, encuentro de sabores y saberes.
Las diferentes corrientes migratorias europeas generan un particular mapa que distingue al departamento de Colonia del resto del Uruguay.
Las colonias Suizas y Piamontesas del este del departamento, trajeron consigo la cultura del trabajo y el conocimiento que se transmuta en quesos, dulces y conservas de alta gama que son los mejores del país. La colonización de vascos e italianos nos trajo la vid y las bodegas de la zona de Carmelo en el oeste de Colonia.
Colonia del Sacramento, de fundación portuguesa en sus inicios, tiene un casco antiguo mágico y amigable que ha sido declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por Unesco en 1995, y es la principal atracción de turistas a nuestra ciudad.
El departamento cuenta con diversos atractivos turísticos más allá del Casco Histórico, el Complejo Mihanovich y la Ciudad de Colonia.
Kilómetros de Playas mansas y tranquilas ideal para las familias, con blancas arenas y sombra de vegetación costera. Establecimientos de turismo rural donde se aprenden y muestran las tareas diarias de faena, donde se puede disfrutar de cabalgatas, paseos en canoa , asados, visita a Bodegas, almazaras de olivos y queserías artesanales.
Como no podía ser de otra forma gracias a la presencia del Rio de la Plata que la rodea, hay varios puertos y atracaderos aptos para recibir a los amantes de la náutica, y que ayudan a potenciar la navegación entre las orillas con el país vecino.
Ciudades para disfrutar y conocer de diversas fundaciones: española como la ciudad de Rosario, suizo-alemana como Nueva Helvecia, piamontesa como Colonia Valdense , inglesa como Conchillas y Carmelo fundada por José Artigas.
Las inversiones agrícolas, vinculadas al cultivo de oleaginosas de principios del año 2000, contribuyeron a cambiar la economía y la fisonomía de nuestros campos sin perder nuestros rasgos y producciones históricas como la lechería, ganadería, granos y cultivos frutales, incluyendo obviamente la vid.
Aparte de estos atractivos, nuestros mayores valores – la afabilidad, la tranquilidad y la seguridad- le dan a esta ciudad ese plus extra que la convierten en un destino ideal para el turismo y también para la segunda residencia.