Día a día los obreros trabajan sin descanso para terminar y poner en operación a finales del mes de febrero el que será el más grande centro comercial de la ciudad de Cúcuta. Ya está la estructura completa en donde se ubicarán 180 locales comerciales en una superficie total de 120.000 metros cuadrados, 40.000 de ellos alquilables, una amplía plazoleta de comidas, salas de cine y más de 1.000 parqueaderos.
Aparentemente falta mucho, pero la constructora asegura que es normal, ya que muchas cosas se están haciendo afuera de la ciudad y durante el último mes será el ensamblaje final de algunas de esas estructuras.
Tiago Eiró, gerente general de la compañía portuguesa Sonae Sierra en Colombia, asegura a Portafolio.co que la apuesta por Cúcuta, una ciudad que vive una crisis de desempleo, informalidad y bajo crecimiento, además de ser la puerta de entrada de la masiva migración venezolana, se debe a que después de varios estudios de mercado para verificar la proyección y potencial de diferentes ciudades en Colombia, y de encontrar un lote con el potencial requerido, de la mano de nuestro socio Central Control, decidimos que Cúcuta era una muy buena opción para llevar a cabo este proyecto.
“Con una inversión de 185.000 millones de pesos, decidimos construir el centro comercial en Cúcuta por su gran potencial, que ha consolidado su desarrollo económico, al tiempo que ha dejado de depender del vecino país”, añade el representante de la compañía.
Eiró explica que en la evaluación que hicieron tuvieron en cuenta factores como que los cucuteños están aprovechando el comercio de su ciudad, el comercio propio se ha incrementado y hay una mayor presencia de venezolanos con poder adquisitivo instalados allí, entre otros.
Además, “en Cúcuta, así como en otras ciudades intermedias de Colombia, el promedio de metros cuadrados de centros comerciales por habitante es mucho inferior al de las ciudades principales”, agrega el gerente general.
Manifiesta que este proyecto es viable y sostenible para el mercado de Cúcuta. Pero admite que siendo esta una ciudad de frontera, “por supuesto que esperamos desde allí atender las necesidades del mercado venezolano. Vemos la entrada en operación de esta nueva alternativa comercial como una oportunidad para dinamizar el comercio y la economía de la ciudad y de la región”, destacan.
Jardín a cielo abierto
Pero lo que más llama la atención es que esta obra estará a cielo abierto, una circunstancia que podría ser molesta para una ciudad en la que la temperatura puede llegar fácilmente a los 35 grados centígrados al mediodía.
Para esto, la constructora y operadora de centros comerciales portuguesa estudiaron las salidas y puestas del sol además de las corrientes de los fuertes vientos que se dan en la ciudad para diseñar el centro comercial.
Jorge Morgadinho, director de arquitectura y diseño conceptual de Sonae Sierra, compañía dedicada a desarrollar centros comerciales en el mundo, le aseguró a Portafolio.co que el diseño no fue al azar. “Se hizo un estudio del sol y vientos para que, como es una estructura a cielo abierto, estos aspectos afectaran lo menos posible a los visitantes. Incluso, los fuertes vientos se convierten en corrientes de aire, que dan frescura a los visitantes”, aseguró Morgadinho.
Además de los espacios alusivos a un gran jardín, con fuentes y pasajes de agua, el director de arquitectura agregó que este centro comercial tiene un diseño único y exclusivo para la ciudad, tal y como lo hacen con todos los que construyen alrededor del mundo.
La plazoleta de comidas será especial, con figuras que semejan árboles, una gran cascada a la entrada y corrientes de agua recorriendo los pisos, que incluso la gente podrá comer descalza con sus pies dentro las pequeñas corrientes de agua.
Y en el centro de toda la construcción habrá un espacio estilo teatro al aire libre en el cual se podrán realizar shows y demostraciones culturales.
Sonae Sierra piensa que este concepto al aire libre “ofrecerá la posibilidad de disfrutar de la interacción con el entorno natural, contando al mismo tiempo con zonas cubiertas como la plazoleta de comidas y los pasillos, aspectos que están pensados en garantizar la comodidad de los visitantes para realizar sus compras sin importar el clima”.
Fuente: Portafolio.co