Durante el segundo trimestre del año seguirán los ajustes en el negocio inmobiliario corporativo en Bogotá.
Así lo advirtió la multinacional Cushman & Wakefield, que destacó la disponibilidad de 137.333 metros cuadrados de este tipo de oferta –que también se conoce como clase A–, mientras que en el mismo lapso del 2018 había 190.352 metros cuadrados.
Según Andrea Duque, responsable del área de investigación de la compañía, esto quiere decir que la ocupación de estos espacios se está reactivando y va por un 2020 mucho mejor.
Duque señaló que es algo relevante y advirtió, de todas formas, que al inventario de la ciudad ingresaron nuevos edificios. De hecho, explicó que hoy este no es igual al de hace un año, cuando había 1’388.000 metros cuadrados de área rentable.
“Actualmente, sumamos 1’505.000 metros cuadrados; es decir, sí se están ocupando los espacios de alta gama, y, bajo esas condiciones, la dinámica se está reflejando en firmas de coworking o trabajo colaborativo que están tomando edificios completos, o en la demanda por parte de empresas de tecnología, entidades estatales y call centers, para citar solo algunos sectores”, anotó.
Duque también recordó que hay 293.606 metros cuadrados en construcción y 523.874 adicionales que entrarán al mercado corporativo de la capital después del 202o.
Así, en medio de las eventualidades y los ajustes, lo cierto –según la directiva– es que la ciudad se sigue posicionando como estratégica y punta de lanza para la entrada a los mercados de Suramérica.
“Por eso, son evidentes las buenas perspectivas que tienen estos edificios de oficinas de altas especificaciones, incluso, con un componente de sostenibilidad importante, que atrae tanto a firmas nacionales como internacionales”, destacó.
Lo mismo anotó Rafael Álvarez, presidente de IC Constructora, quien le dijo a Portafolio que existen varias razones para sustentar el auge identificado por la compañía Cushman & Wakefield.
Tras la recuperación
“Una de ellas está asociada a la renovación urbana de Bogotá y a las obras civiles en marcha y próximas a ejecutarse. Por ejemplo, está lo que se ha hecho en la carrera 11, en el norte de la ciudad, una zona apetecida para el negocio corporativo. Lo mismo ocurre en otros sectores donde tradicionalmente no había oficinas y, obviamente, está la dinámica de sectores consolidados”, resaltó el empresario.
Portafolio también consultó al gerente del Grupo Oikos, Luis Aurelio Díaz, quien explicó –en línea con Álvarez– que efectivamente el fenómeno se está dando, sobre todo, por la infraestructura que va a arrancar obra y que ha atraído a grandes compañías del exterior que buscan metros cuadrados para sus sedes, cerca de donde están esos desarrollos.
Igualmente, agregó Díaz que “existen otros fenómenos de multinacionales reubicándose en edificios nuevos de altos estándares y estructuras más actualizadas a nivel sísmico y medioambiental, que cada vez más adquieren importancia entre los inversionistas.”
Otro tema que da pistas del potencial, según el Presidente de IC Constructora, tiene que ver con el promedio de penetración del uso corporativo en la ciudad y el país respecto a Latinoamérica: “Aún es muy bajo y por eso las oportunidades se están viendo, efectivamente, a través de la relocalización de multinacionales que buscan espacios para sus oficinas”, destacó.
Tendencias y negocios
En este punto, tal como lo destacó la directiva de Cushman & Wakefield, vale retomar el concepto del coworking o trabajo colaborativo, que se está moviendo, especialmente en Bogotá y Medellín.
Al respecto, otro informe de la multinacional inmobiliaria Colliers International, resaltó el buen desempeño de este modelo de arrendamiento, del cual, actualmente, “Bogotá cuenta con la participación de 53 de estos espacios, con varias marcas que han concentrado la absorción, entre las que se destacan Owlo Space, International Workplace Group (IWG) y WeWork.
Esto, en conjunto, también ha generado una dinámica diferente desde el punto de vista comercial y de negocio con la participación, por ejemplo, de fondos de inversión.
Según el Álvarez, “en algunos casos, cuando los negocios son financiados con recursos de fondos inmobiliarios y capital institucional, la consideración de los inversionistas es que estas oficinas clase A sean demandadas, especialmente, por compañías multinacionales y de primer nivel.
“De ahí, precisamente, que este segmento esté impulsando más negocios”, recalcó el directivo, quien a esto le sumó la necesidad de muchas compañías de tener en un solo lugar sus operaciones.
“Por eso, además, están revaluando los gastos que implica contar con sedes dispersas en diferentes sectores de la ciudad”, concluyó.
Fuente: Portafolio.co