El turismo es una industria expansiva que derrama hacia un abanico de sectores que incluyen el mercado inmobiliario. Y una de las que mejor recibe las políticas públicas. Una buena campaña de difusión y un plan de obras certero pueden duplicar la cantidad de turistas en un circuito. El Gobierno Nacional viene ejecutando un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destinado a financiar el Programa de Mejora de la Competitividad del Sector Turismo.
El objetivo es incrementar la generación de ingresos provenientes de la actividad turística en dos corredores muy cotizados en el extranjero: los lagos patagónicos y las cataratas. La inversión comprende a las provincias de Misiones, Chubut, Río Negro y en los parques nacionales Lanín, Nahuel Huapí, Arrayanes, Lago Puelo, Alerces e Iguazú.
En cuanto a los beneficiarios, el Programa será especialmente provechoso para el sector privado ligado a la provisión de servicios turísticos, debido a que los destinos incrementarán su capacidad de atraer, retener y satisfacer a los turistas. Además beneficiará directamente a la población local ofreciendo nuevas oportunidades de negocio y empleo, así como mejores opciones de esparcimiento y recreación.
Como parte del proceso se promueve el desarrollo y puesta en valor de distintas tipologías de obra en estos corredores, como centros de interpretación, oficinas de informes, portales de acceso, senderos interpretativos y bicisendas, señalización, muelles refugios, parques temáticos, centros artesanales y culturales, entre otros.
Se abrió un Programa de Asistencia Financiera con una línea de créditos para construcción de establecimientos, ampliación y refacción de instalaciones, compra de hoteles y de equipamiento, vehículos y bienes de capital. Además de financiación para PyMES y microemprendimientos para viajes a ferias de turismo internacional y asesoramiento técnico.
Además de apoyar a los desarrollos locales, el Gobierno salió a atraer inversores extranjeros. La actividad dentro de los límites de nuestro país se rige por la Ley Nacional de Turismo (25.997). La ley 21.382 y el decreto reglamentario 1853 –ambos sancionados en 1993—establecen un régimen nacional para empresas extranjeras.
Lo que dice la ley
La normativa establece que los inversores extranjeros pueden realizar inversiones en el país sin una aprobación previa diferente a la que tendría un empresario argentino. La ley les permite transferir al exterior las utilidades líquidas provenientes de sus negocios en la Argentina, así como repatriar su inversión en cualquier momento. Los extranjeros pueden usar cualquiera de las formas jurídicas vigentes en la legislación nacional. Y hacer uso del crédito interno en las mismas condiciones que cualquier argentino.
Las sociedades anónimas son, de acuerdo a un relevamiento realizado por el Gobierno, el tipo societario más utilizado por los inversores extranjeros en la Argentina. También las sociedades de responsabilidad limitada y la forma de “filial” de empresa extranjera.
El uso de joint ventures y contratos de franquicias están ganando cada vez más espacio en los negocios transnacionales en el país. Cualquiera sea la forma legal que elijan, las compañías no argentinas que operan en nuestro mercado están obligadas por ley a nombrar individuos legalmente responsables y mantener registros contables separados de sus balances globales para sus operaciones en el país.
Fuente: Anuario Inmobiliario Latinoamérica