OPINIÓN. Lentamente, las perspectivas del sector empiezan a mostrar signos alentadores. En diálogo con algunos players se estima que a partir de abril se incorporarán al mercado más de 10 lanzamientos entre la Capital y el conurbano bonaerense. Algunos son edificios, otros complejos de usos mixtos. A esta altura, en un verano con complicaciones, la expectativa cobra importancia.
Otro motivo por el cual se está moviendo el mercado es que el dólar blue quedó relativamente bajo en su cotización, sobre todo si se tiene en cuenta que comenzó en 2014 a casi 12 pesos y terminó a 13, de modo que subió menos del 10%, o sea, menos de un tercio en comparación con la inflación anual.
Esta realidad indica que los precios de las propiedades (las nuevas, por ejemplo) tenderán a estar estables o a subir lentamente durante el primer y segundo semestre del año. Mientras tanto, los alquileres que se pactan con un ajuste anual parecido a la inflación seguirán en aumento, aunque lejos de los rendimientos porcentuales históricos de la propiedad que llegaron a ser durante años del 10/12%, y hoy están en el orden del 4/5% del valor en dólares de los inmuebles.
Habitualmente, la política y la economía van de la mano, pero parece no ocurrir lo mismo en el ámbito del Real Estate. Había grandes ilusiones de estar hablando durante este verano del arreglo con los holdouts, pero en cambio la situación mutó hacia el lado de la confrontación y de una realidad donde lo sociopolítico es protagonista.
Lo cierto es que el mercado inmobiliario argentino, que viene golpeado desde el cepo cambiario en octubre de 2011, comenzó a dar claras muestras de recuperación o una mejora en las expectativas de los desarrollistas, que comenzaron a posicionarse en tierra nuevamente. El objetivo claro que se persigue es el de estar listo para el cambio de energías y la demanda contenida de 3 años de un ritmo de actividad que bajó casi al 50% (en cantidad de transacciones), y también para la aplicación de los más de 300 millones de dólares en cedines que deberían derramarse en el mercado inmobiliario durante 2015/16 (según estimaciones).
También está pendiente el ingreso de la inversión extranjera que no entró al mercado argentino en 10 años, y que se espera que llegue con otro planteo de gobierno.
Fuente: La Nación