Capria fue fundada por un ex colaborador del fundador de Microsoft, quien lo convenció de invertir en ella. Se especializa en proyectos de impacto económico y social.
Bill Gates, fundador de Microsoft y el hombre más millonario del planeta, está convencido de que, si el mercado es capaz de ofrecer soluciones a problemáticas sociales, hay que tomarlas.
Así lo ha puesto de manifiesto al apoyar, por ejemplo, la startup de huevos vegetales Hampton Creek -que trabaja para terminar con el hambre mundial- y así lo hizo también al invertir en Capria, la primera aceleradora global para fondos de impacto social.
Fundada, entre otros, por Will Poole, un ex colaborador de Gates en Microsoft, Capria tiene su sede en Seattle, EE.UU., y hasta el momento tiene inversiones en África e India. Su modelo, único en el mundo, funciona apoyando a gestores de fondos en distintos países y acaban de poner su foco en América Latina, en particular Chile.
El grupo contrató al chileno Juan Luis Palma como su nuevo director regional para Latinoamérica. Su rol, según cuenta desde Londres, donde finaliza un MBA en la London School of Economics, será encontrar gestores de fondos en cada país de la región, levantar capital latinoamericano, así como también desde Estados Unidos y Gran Bretaña. Además de eso, tendrá que apoyar a los gestores de fondos a detectar oportunidades de inversión. “La idea es tener un fund manager -gestor de fondos- por país y, de momento, estaríamos seleccionando a seis. Nos interesa que sea un equipo que tenga experiencia en análisis de proyectos, de oportunidades de inversión y que, ojalá, tengan un buen network local. Nos interesa que tenga cierta capacidad para levantar recursos y que estén comprometidos a buscar proyectos que tengan impacto social, que sean autosustentable e idealmente escalables”, explica Palma.
El ejecutivo revela también que la meta de la aceleradora para los próximos 10 años es tener 20 fund managers en mercados emergentes, levantar US$ 500 millones a nivel global y mejorar la vida de cinco millones de personas. Eso, sin descuidar los retornos a los inversionistas. “Creemos que el impact investing puede ser un asset class atractivo para los inversionistas que buscan no solo retornos financieros, sino que también un impacto positivo en la sociedad”, dice Palma, quien agrega que están enfocados en proyectos ligados con los microcréditos, educación, salud e infraestructura, entre otros.
“El desafío es lograr integrar problemas sociales con soluciones de mercado, integrar a los emprendedores de Chile con los del mundo, a los emprendedores con los inversionistas e integrar también al sector público”, afirma.
Postulación abierta
La labor de Palma en Capria está en plena marcha. De hecho, por estos días se encuentra abierta la postulación para convertirse en el gestor de fondos de la aceleradora en Chile, un mercado en el que ven mucho potencial. “En Chile queremos un fund manager que ayude a Capria. El país es un hub de emprendimientos, pero creemos que hace falta financiamiento. Entonces, la unión de Capria y su red internacional, más la oficina local, puede funcionar muy bien”.
El ejecutivo comenta que una de las particularidades de Capria es que, en vez de invertir desde su oficina en Seattle, prefieren contar con oficinas locales, que los ayudan a entender mejor cómo funcionan los mercados en los que están presentes. “Capria es una aceleradora. Si quieres armar un fondo, necesitas de alguien que te dé un impacto inicial. Asimismo, si el inversionista local quiere invertir en Chile, lo puede hacer, pero también puede hacerlo afuera a través de un fondo global de mercados emergentes”, dice Juan Luis Palma.
Fuente: El Mercurio