Una nueva investigación de Accenture, empresa multinacional de consultoría estratégica y servicios tecnológicos, sugiere que la pandemia ha intensificado el interés en el “consumo consciente”. Esto quiere decir, que toma seriamente en cuenta los impactos sociales y ambientales que tienen sus opciones de compra, lo que representa un desafío para la industria del comercio para repensar su estrategia para “conquistar” a este nuevo consumidor.
Se trata del COVID-19 Consumer Research, una investigación que hace seguimiento de los cambios en actitudes, comportamientos y hábitos de los consumidores de todo el mundo, mientras se adaptan a una nueva normalidad por el COVID-19. Las últimas oleadas de esta encuesta se realizaron entre más de 20.000 consumidores en 19 países de los cinco continentes: Alemania, Arabia Saudí, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, España, Emiratos Árabes Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, Rusia, Suecia y Suiza.
Entre los hallazgos clave de la encuesta se encuentran:
- La mitad de los consumidores afirma que no sabe qué marcas son sustentables/éticas y cuáles no.
- Para ayudar a comprender fácilmente el grado de sostenibilidad de un producto, siete de cada diez consumidores apoyarían una norma de etiquetado obligatoria pero sencilla para los productos, como un indicador de semáforo.
- Dos tercios (65%) de los consumidores creen que el gobierno debería introducir legislación para promover el “consumo consciente”, por ejemplo, cobrando por las bolsas de plástico.
- El 69% de los consumidores cree que las marcas de consumo deberían hacer más para facilitar un consumo más consciente.
- Un tercio (33%) de los consumidores admite que no sabe bien qué artículos puede y no puede reciclar.
“La pandemia está haciendo que los consumidores piensen más en el impacto que sus decisiones de compra tienen en el medio ambiente y en la sociedad en general”, dijo Oliver Wright, director gerente senior y líder global del grupo de la industria de bienes de consumo de Accenture.
“La atención que prestan los consumidores a aspectos como la procedencia de los ingredientes y las materias primas, las prácticas laborales, el impacto medioambiental de los productos acabados y los envases, exige que las empresas garanticen la agilidad y la capacidad de ser relevantes para los consumidores y los clientes. Ello mediante una cartera de productos y servicios que se ajuste a los cambiantes patrones de compra, y que colaboren mejor con sus homólogos del sector, tal y como demostraron que podían hacerlo durante la pandemia”, precisa Wright
Hacia donde avanza el consumo consciente
Este estudio respalda las conclusiones de reportes anteriores de Accenture, según los cuales es probable que el cambio en el “consumo consciente” se mantenga o se acelere aún más. Por ejemplo:
- En abril de 2020, 64% de los consumidores dijo que se centraba más en limitar el desperdicio de alimentos y que probablemente seguiría haciéndolo en el futuro. En diciembre de 2020, esta cifra se elevó a 72%.
- En abril de 2020, 50% de los consumidores dijo que estaba comprando de forma más consciente de la salud y es probable que siga haciéndolo. Esta cifra aumentó a 68% en diciembre de 2020.
- 45% de los consumidores dijo que estaba haciendo elecciones más sostenibles al comprar y que probablemente seguirá haciéndolo. En diciembre de 2020, esta cifra aumentó al 66%.
- Además de satisfacer estas crecientes expectativas de los consumidores, las empresas se ven presionadas para lograr el impacto necesario para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas para 2030 y mitigar futuras crisis económicas de la magnitud del COVID-19. Un reciente informe de Accenture esboza las vías clave para que las empresas de venta al por menor y de bienes de consumo integren la sostenibilidad en sus estrategias y sistemas corporativos:
- Reducir la huella medioambiental operativa adoptando el reciclado de agua y la utilización de aguas grises, aplicando objetivos de red cero y comprendiendo el impacto de la eliminación de productos.
- Aplicar modelos empresariales circulares para reducir los residuos de productos y envases y promover el consumo responsable
- Construir cadenas de valor sólidas e inclusivas aplicando prácticas de igualdad de oportunidades, protegiendo los derechos humanos y garantizando que todos los trabajadores reciban un salario digno.
Jill Standish, directora general y jefa del grupo global de la industria de retail de Accenture, afirma que “los valores de las personas están cada vez más infundidos en sus hábitos de compra, ya que los consumidores piensan más en equilibrar lo que compran, y cómo pasan su tiempo, con las cuestiones globales de sostenibilidad. Esto exige que los retailers sean auténticos y presten atención a lo que realmente le importa a cada comunidad a la que sirven”.
Standish precisa que ya no basta con que las marcas hablen de responsabilidad. También deben adoptar prácticas medioambientales, sociales y de gobernanza en la que se aproveche la tecnología para obtener los mejores resultados en todas sus operaciones: desde la creación de cadenas de suministro más sostenibles, hasta el equipamiento de la mano de obra para un nuevo entorno.