Al contrario de lo que piensan algunos, solo un 12% de los empleados quiere teletrabajar todos los días. Este dato contrarresta uno de los grandes mitos del trabajo remoto, que ha cobrado tanto protagonismo en este año de pandemia. Así lo recoge el informe “Un lugar de trabajo sostenible: hacia un modelo remoto y presencial”, elaborado por el IESE Business School de la Universidad de Navarra y Savills Aguirre Newman, y publicado por IESE Insights.
La investigación que da cuerpo al informe fue liderado por la profesora Mireia Las Heras (ICWF – IESE Business School), quien contó con la colaboración de Charo Sáez y Leyre Octavio de Toledo (Savills Aguirre Newman), así como Júlia Gifra y María Barraza (IESE Business School). El estudio quiere ofrecer una visión equilibrada de los beneficios e inconvenientes del teletrabajo y el trabajo presencial. En este sentido, desmenuza los seis mitos que asociamos al trabajo remoto.
¿Todos prefieren el trabajo remoto? 6 mitos
Mito 1. Todo el mundo quiere trabajo remoto.
Solo 12% de los empleados quiere trabajar en remoto todos los días. De ellos, la mayoría son mujeres (64%), con una edad promedio de 39 años. 70% están casados o en una relación de pareja estable, más de la mitad tiene hijos (58%) y llevan cuatro años o más trabajando en su empresa (56%).
Entre las razones esgrimidas para trabajar todos los días en remoto, destacan el poder cuidar mejor de la familia (61%), ahorrar dinero en transporte (48%) y practicar algún deporte o hobby (48%).
En el otro extremo se sitúan los no quieren teletrabajar nunca, que apenas representan 4% de la muestra. La gran mayoría de ellos (61%) aduce que carece de los medios necesarios o no puede realizar su trabajo de manera remota, mientras que más de la mitad asegura que prefieren trabajar de forma presencial para estar cerca de su equipo (54%).
En realidad, la opción preferida por los empleados es trabajar desde casa tres días a la semana (36%), seguida de dos días semanales (32%). 9% optaría por teletrabajar cuatro días a la semana. Al contrario de lo que se podría pensar, la edad no tiene un impacto significativo en estas preferencias.
Mito 2. Todo el mundo puede trabajar en remoto
No es cierto que todo el mundo pueda teletrabajar. No es posible porque hay oficios que exigen presencialidad, como los trabajos de cuidado personal y los que requieren manipulación física. Por su parte, los trabajos en los que el componente afectivo-social es de gran importancia o los que requieren cooperación inmediata, pierden parte de su valor añadido, si se realizan siempre en remoto.
De todos modos, para poder trabajar en remoto de manera eficaz, hace falta el apoyo del líder, los compañeros y la pareja. Así, los que cuentan con el apoyo de sus supervisores, tienen 16% más de probabilidades de adaptarse a su trabajo (job crafting) y sentir emociones positivas. Los teletrabajadores con apoyo de sus parejas tienen 16% más de probabilidades de sentir emociones positivas en el trabajo, mientras que el apoyo de los compañeros facilita la adaptación al trabajo (20% más de probabilidades) y 15% más el estado de absorción y satisfacción en el trabajo (flow).
Mito 3. Se rinde menos con el trabajo remoto
Los datos lo desmienten. Cuando las personas trabajan en remoto entre dos y tres días a la semana, se produce un incremento en el rendimiento (de hasta 19%) y la calidad del trabajo (hasta 18%), durante esos días.
Además, se produce un incremento de hasta 10% del orgullo de pertenencia a la empresa y de hasta 9% de la disponibilidad para hacer lo que la empresa o los clientes necesiten. En realidad, el trabajo remoto realizado de modo parcial, incrementa el compromiso con las tareas laborales, la dedicación y la absorción laboral.
Mito 4. El trabajo remoto dificulta la innovación
Encontrarse con los compañeros, hablar en la cafetería o sentarse a comer juntos puede ser un modo de aumentar la interacción y la creatividad, pero no el único. Los datos muestran que para el grupo de personas que son, en general, altamente creativas, trabajar desde casa ayuda a ser un poco más innovador que estar en la oficina (3% más para hombres, 1% más para mujeres).
El efecto contrario se produce para quienes, habitualmente, son poco creativos: estar en la oficina les hace ser un poco más innovadores (5% más para hombres, 2% más para mujeres). Por tanto, el trabajo remoto en sí mismo no facilita o dificulta, al contrario de lo que dice la creencia general.
Mito 5. No aporta nada reunirse en persona. Todo se puede hacer en remoto
Algunos de los aspectos de las reuniones más valorados por los empleados son el contacto visual (86%), la eficacia (83%), la generación de empatía (79%) y la creatividad (77%). Pues bien, aunque casi todos estos aspectos se dan más en los encuentros presenciales, el de la eficacia alcanza 68% en las reuniones online, frente a 59% en las reuniones presenciales.
Quizá por ello, casi la mitad de los empleados (46%) preferiría realizar solo entre 1 y 25% de sus reuniones de forma presencial; mientras que apenas 2% haría así todas sus reuniones. En realidad, las reuniones en las que se considera más importante el cara a cara son las de venta con clientes (en 80% de los casos), seguidas de las reuniones de innovación y cocreación con colaboradores (75%).
Por el contrario, según los encuestados hay tareas que aportan un escaso valor cuando se realizan de forma presencial, como las llamadas de seguimiento a clientes (4%), el trabajo rutinario (8%), la elaboración de informes (9%) o el estudio de asuntos de fondo (17%).
Mito 6. En la oficina se pierde mucho tiempo
Según estudios previos a la pandemia, analizamos la diferencia entre horas efectivas trabajadas en remoto (7,5) y en la oficina (7,42), y no hallamos diferencias significativas.
En realidad, los beneficios del trabajo remoto dependen mucho de la capacidad de autogestión de cada uno. Así, en los días que se trabaja desde un lugar remoto (cuando es menos de 40% de los días del mes), si comparamos las personas con capacidad de autogestión con las que carecen de ella, vemos que las primeras sienten más orgullo de pertenencia (500%) y energía en el trabajo (120%), tienen mayor disposición a realizar lo que la empresa requiera (100%) y hacen un trabajo de más calidad (50%).
El informe destaca que trabajar desde casa disminuye hasta 63% del estrés por los trayectos y hasta 21% la multitarea, mientras incrementa hasta 10% la felicidad cuando se trabaja.
En cambio hacia el trabajo remoto puede aumentar el aislamiento social hasta 15%. Además, la ausencia de tiempo compartido de forma presencial limita la generación de confianza y cohesión de los equipos de trabajo hasta en 11%.
En definitiva, el estudio del IESE Business School concluye que lo ideal es que el trabajo remoto varíe y se desarrolle entre 40% y 60% de los días laborables. Por lo tanto, básicamente se trata de entender como operar con criterios de flexibilidad.